2018 – NOTA MES DE JULIO – «EL MINIMALISMO EN EL CANTO Y EL HABLA» por Laura Neira

¿Qué significa ser minimalista?

Nada más y nada menos que eliminar las distracciones para crear tu propia historia de vida, y por ende tu propia historia vocal. Encontrar lo esencial eliminando lo superfluo.

Cuando nacimos nuestra voz era minimalista. El sonido con el que nacimos nos alcanzaba para expresar todo lo que sentíamos y deseábamos (reír, llorar, gritar, hacer berrinches, balbucear, hablar, cantar). Con el tiempo, la crianza, la entrada a la sociedad, etc. se nos fueron imponiendo reglas que también nos “reglaron” la manera en que teníamos que hablar y cantar. Eres tenor, eres mezzosoprano, etc. No cantes que no lo haces bien. Dedícate a otra cosa, etc. etc.  Y fuimos perdiendo naturalidad… como en otras tantas de cosas de nuestra vida.

Ya sabemos que una voz no educada, si desea ser utilizada en forma profesional comienza a llenarse de vicios, es decir a “maximizar” recursos, a veces de manera intuitiva y a veces con lo que se puede o se tiene a mano. Esos recursos, tal vez sirven en ese momento, pero con el tiempo y el uso inadecuado la alejan de la eufonía.

Para la voz “Menos es más”. Cuanto menos hacemos con la mente más hace el cuerpo y la voz. Es eso en definitiva lo que queremos lograr como “parteros de la voz”.

Dice el tenor M. Sabino: – ¿Sabes Laura por qué estoy contento con el trabajo que estamos haciendo? Porque mi cuerpo y mi voz están entendiendo más que mi cabeza”

El cuerpo y la voz saben porque son “Naturaleza” y la sabiduría de la Naturaleza está a años luz de la sabiduría de la mente humana. Cuando reconocemos y aceptemos que nuestra mente es extremadamente limitada, recién ahí nos podemos entregar al trabajo, porque empezamos a disfrutar el proceso y a no estar ansiosos por los logros.

A cierta altura de tu vida te das cuenta de que necesitas paciencia para lograr tus objetivos y metas. Pero ¿Qué es la paciencia? Es la facultad de saber esperar cuando algo se desea mucho. La paciencia es la maestra zen de la ansiedad. La ansiedad es mental, la paciencia, espiritual.

¿Qué significa entonces minimalizar?   Prescindir de cosas innecesarias, que estorban, que molestan. A la hora de utilizar la voz, tanto en el canto como en el habla, nos debemos muñir de las herramientas corporales y vocales que nos sean útiles para lograr el máximo placer sonoro y esto solo se obtiene con la Eufonía. El minimalismo es entonces la tendencia estética e intelectual que busca la expresión de lo esencial eliminando lo superfluo. Lo super-fluo lo que brilla pero que no es oro.

¿Qué es el minimalismo de la voz?

Despedirte de lo que no te sirve más.

El mundo de las herramientas de la voz

Desde que el hombre habita la tierra ha necesitado utilizar herramientas para lograr fines determinados, es decir que esos objetos servían para tal o cual fin. Y a partir de ahí el ser humano, con su eterna necesidad de mejorarlo todo, fue encontrando técnicas para cada necesidad. Es decir, buscó (y sigue buscando) obtener el mayor beneficio de la actividad que necesita realizar en pos de la excelencia. Tuve un abuelo escultor y pintor al que le encantaba, trasmitirnos, a mi hermano y a mí, todo tipo de conocimientos. Esos conocimientos podían abarcar, desde mostrarnos en detalles pinturas y esculturas del Renacimiento, pos-modernidad, etc. hasta hablarnos de filosofía, política, religión o enseñarnos cómo se miran las estrellas con el telescopio o cómo se clava un clavo. Él nos decía: todo en la vida tiene su técnica y su modo de hacerlo y lograr los resultados más eficientes según el fin que queramos conseguir.  Fue a buscar su martillo y un clavo y nos mostró cómo se debía dar cada martillazo: el primero con menos fuerza, el otro con más y así hasta que el clavo entrara en la pared de la mejor forma. No era necesaria la fuerza indebida, ni del antebrazo, ni de la mano, ni del golpe. Era necesaria la fuerza “justa”.

Este, como otros tantos, es uno de aprendizajes que tuve en mi vida para hacer todo lo mejor posible y con el esfuerzo justo, ni más ni menos, sino el justo. Trato de vivir en un continuo Eu (equilibrio). Eso también es minimalizar.

En lo que a la voz se refiere, minimalizar es usar la técnica vocal justa para lograr lo que se desea en cada momento. Lo otro es maquillaje y del malo. Pero lo peor de todo es que ese maquillaje, es decir, los errores vocales a los que se van incurriendo para ir logrando ciertas cosas nos van poniendo presos de ellos mismo y nos alejan del camino de la “verdad vocal”. Debemos reconocer que algunas maneras de emitir la voz son mejores que otras.

El primer paso es preguntarnos si realmente necesitamos hacer todo lo que hacemos o si nuestra intuición nos dice que estamos errando el camino. Ser sinceros con nosotros mismos. Esto también forma parte del autoconocimiento al que creo estamos obligados a, por lo menos, acercarnos en esta vida. Es real que cuando la persona que utiliza su voz sea o no a nivel profesional (cantante, locutor, orador, actor, etc.) y no ha tenido una buena guía, comienza a incurrir en ciertos vicios que tal vez les resulta efectivo pero que no tienen buen final.  Entonces lo que una vez fue “amigo” de nuestra voz se convierte en “enemigo”. A mi oído hay pocas cosas más desagradables que un locutor con una voz ficticia, maquillada…y si él o ella se lo cree ¡Mi Dios!

Sostener una voz ficticia va generando un grado de stress y ansiedad que deteriora nuestra calidad vocal y de vida… sin necesidad. Esto no te da libertad vocal, todo lo contrario, te tiraniza y para la voz no hay nada más importante que su propia libertad.  Cuando te deshagas de los vicios, ganas más de lo que pierdes. Ganas en naturalidad, belleza, paz.

El concepto de belleza.  Algo es bello cuando es natural. No hay chance de que algo natural no sea bello, hasta el insecto más feúcho tiene su belleza, y esa belleza es precisamente, “ser natural”.

Despídete de tu disfonía

  • No (te) digas que no podrás.
  • Comprende cómo funciona cada uno de tus “dos modos”.
  • Analiza el “efecto precipicio®”.
  • Intenta eliminar todo lo que te haga “ruido mental”
  • Pregúntate ¿Realmente soy incapaz?
  • Tu disfonía NO eres tú. Tú NO eres tu disfonía.
  • Comienza de a poco.
  • Cuestiónate el modo convencional de usar tu voz.
  • Frénate cuando tu intuición te diga que no es por ahí.
  • No intentes competir con la voz de los otros. La tuya es única e irrepetible, la de los otros también.
  • Confía. Confía. Confía.
  • Organízate por dónde quieres empezar y por dónde quieres seguir.
  • Tómate la libertad de elegir.
  • Debes ser el autor de tu propia voz.
  • No busques lo mejor, busca lo posible y suficientemente bueno para ti.
  • Reconoce, soporta y disfruta el hacer menos para lograr más.
  • Intenta eliminar la disfonía para crear tu propia historia vocal.
  • Elimina las “distracciones vocales” que te quieran alejar del camino.
  • No pienses. Siente.
  • No te aferres a tu voz del pasado.
  • Da las gracias. Siempre da las gracias.

Cuando soltamos vicios encontramos libertad. Hacemos en el “no hacer”. Nuestra voz toma solamente lo que necesita para ser ella y te aseguro que ella sabe lo que necesita. Es ella la única que lo sabe, no eres tú, ni tu maestro de canto, ni tu logopeda, ni nadie más que ella. Permítele que busque su libertad. ¿Cómo? No haciendo nada, dejándola ser. Es por ello por lo que es tan importante, yo diría hasta imprescindible encontrar un maestro-guía. Porque él o ella no están separados de ti. Son tú. El maestro está adentro tuyo, en un principio él o ella saben más que tú mismo sobre tu voz porque es ella la que le cuenta lo que necesita…y el maestro/a lo que hará es acompañarla y acompañarte al camino de la libertad. Nada diferente a un parto.

FUENTE: Pagina Oficial de la Lic. Laura Neira

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